La adolescencia es una etapa de la vida en la que hay una gran cantidad de cambios a distintos niveles: físicos, cognitivos, emocionales, sociales… Además, es en estos momentos cuando va quedando marcada la personalidad y se empieza a usar todo el potencial del razonamiento. Todo ello supone que la adolescencia sea una etapa que a nivel psicológico tenga sus propias características y reglas a partir de las cuales podamos entender, trabajar e intervenir en el óptimo desarrollo de los adolescentes.
Características psicológicas de la adolescencia
El mundo psicológico y emocional de los adolescentes es apasionante: incertidumbres, experimentaciones, descubrimientos, sensaciones incontrolables, etc. El conjunto de sensaciones que experimentan hace que tengan su propia dimensión emocional en pleno desarrollo hasta lo que normalmente llamamos “ser adulto”, aunque, como bien sabemos, no siempre acaba en un desarrollo pleno.
Algunas características de los adolescentes son:
- Egocentrismo: el adolescente se centra en sí mismo, sintiéndose el centro del mundo, independiente de sus padres y del resto de la sociedad.
- Búsqueda de identidad: necesita sentirse que es único y diferente, con su propia identidad inalienable e intransferible.
- Necesidad de intimidad: el adolescente ya no es un niño y necesita su espacio tanto físico como emocional, sintiendo su interior como algo suyo inaccesible para el exterior.
- Incomprensión: el adolescente se siente incomprendido, que nadie entiende su interior, aquello que está sintiendo y viviendo.
- Agresividad: una conducta que preocupa bastante a los padres. Los adolescentes se sienten perdidos y frustrados en muchos momentos, algo que suele acabar en agresividad.
- Deseo sexual: en esta etapa se despierta el deseo sexual debido al papel de las hormonas. Es en esta época cuando empiezan a tener dudas, a experimentar…
Algunos trastornos son:
Depresión: obtener bajas calificaciones, que se acabe una relación, una discusión con una amiga… son diversas las causas que pueden llevar a un adolescente a sentir una gran tristeza persistente e incontrolable que derive en un proceso de depresión. Los adultos debemos estar atentos a este tipo de sentimientos.
Ansiedad: sentirse inseguros, obsesionados por ser aceptados por los demás, querer ser lo más perfeccionistas posible, buscar la aprobación y el respeto de sus iguales… todas estas conductas normalmente son causas y señales de ansiedad por parte de los adolescentes.
Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): los cambios físicos junto a la necesidad de aceptación de sus compañeros y amigos, puede acabar en una obsesión por el peso y la imagen pudiendo evolucionar a problemas graves de salud. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria son tres: Anorexia, Bulimia y Atracones.
Adicciones: ya sea a celulares, tabletas, computadoras, alcohol o cualquier tipo de droga, la adicción en la adolescencia nos está marcando un problema a resolver, y no solo por la dependencia, sino por la motivación que le puede estar llevando a ese excesivo consumo.
Conductas de riesgo: altercados con la policía, conductas agresivas, comportamientos antisociales… todas son conductas que conllevan no solo un riesgo para el adolescente sino también para las demás personas. Detectarlo y atacarlo a tiempo es imprescindible para el bienestar del adolescente y de la familia.
Acoso escolar o bullying: ser víctima de la humillación y malos tratos de los compañeros provocan sentimientos de inferioridad, desconfianza, baja autoestima e incluso ideas de infravaloración hasta llegar a ideaciones suicidas.
Problemas escolares: sentir ansiedad ante los exámenes, falta de motivación o incluso tener alguna dificultad de aprendizaje son problemas que pueden implicar el abandono del medio escolar del adolescente con las consecuencias negativas que esto tiene para su desarrollo emocional e intelectual.
Autolesiones: hacerse cortes no es una llamada de atención, es una manera de regular la ansiedad que están sintiendo los jóvenes ante lo que están viviendo y sintiendo. Trabajar sus causas nos permitirá evitar su repetición en el futuro.
Problemas de conducta: impulsividad, agresividad, falta de control… todos son comportamientos que implican un gran malestar en el adolescente y a la familia, debiéndose afrontar lo antes posible.
Los padres y la culpa
Me parece importante hacer un apartado específico para hablar sobre el sentimiento de culpa tan intenso que tienen los padres cuando algo en la adolescencia de sus hijos se distorsiona. En consulta me he encontrado frecuentemente que los padres se culpan por las dificultades que está teniendo su hijo adolescente. O se sienten mal por no haber reconocido las señales de advertencia. Quiero que sepas que es normal experimentar una amplia gama de emociones, que van desde el arrepentimiento hasta la culpa cuando se piensa en buscar ayuda profesional. No permitas que esas emociones se interpongan en el camino para que tu hijo reciba la ayuda que necesita.
Además, los padres, suelen entrar en el ciclo de lo que llamo “caso grave de los debería”:
Debería…
➢ haber sido más estricto.
➢ Haberle puesto más atención.
➢ haber estado más tiempo en casa.
Puede ser difícil admitir que tu hijo necesita ayuda. Pero hay ciertos problemas que es posible que no puedas resolver como padre o madre. No pasa nada por ello, no tienes conocimientos profundos sobre la salud mental, ni la adolescencia. Para eso estamos los profesionales.